La falda del Genal – III
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Pizarras azul de humo.- Del reino de Neptuno al de Plutón
Según Orueta (1917), por debajo de las calizas alabeadas se sitúa el …
(…) tramo de las pizarras color azul de humo, llamado así por Mac-Pherson porque su roca característica es una pizarra muy deleznable, de hojas finas, de color azul obscuro, casi negro, pero cuyos detritus tiñen a las tierras inmediatas de un tono azul claro semejante al del humo. (…) El color azul obscuro de las pizarras se debe a la gran proporción de substancias carbonosas que contienen, en forma, por cierto, de partículas muy finas. Este tramo es de poco espesor: a lo sumo, de 200 metros. Los mejores sitios para estudiarlo son: (…) en la subida desde el río Genal al pueblo de Benadalid, como cosa de un kilómetro antes de llegar a este pueblo (…).
Pocas veces el autor del «Estudio geológico y petrográfico de la Serranía de Ronda» cita expresamente a Benadalid, así que debía traerlo aquí. Curiosamente, en la subida desde el río Genal a Benadalid se reconoce ahora una fractura geológica de primer orden que Orueta ni siquiera podía sospechar.
Por debajo de las calizas alabeadas yace una serie bastante similar a la situada por encima, pues está compuesta sobre todo por pizarras satinadas azules y areniscas (grauvacas). La influencia del metamorfismo (el efecto del aumento de la presión y la temperatura sobre las rocas) se hace patente en la zona inferior o más profunda de la serie, donde las pizarras se convierten en esquistos, con manchas rojizas que delatan la presencia de biotita, y hasta puede verse en ciertos sitios delgadas capas de conglomerado “de cantos estirados”.
Los cantos de un conglomerado no se estiran por desperezarse tras tanto tiempo dormidos: se estiran porque la presión les obliga y la temperatura lo facilita.

Además, a medida que aumentan la presión (P) y la temperatura (T) del entorno, los minerales de la arcilla de los sedimentos se van transformando en minerales brillantes: las micas. Con P y T relativamente bajas, el resultado es mica verde (clorita); con valores algo más altos se forma mica blanca (moscovita), y si son aún más altos, mica negra (biotita).
Recordad ahora el descubrimiento de Dürr: en la Sierra, las calizas situadas por debajo tenían fósiles más modernos que las de encima, y dedujo que la serie estaba al revés. (Ver aquí)
En la falda del Genal tiene lugar una inversión parecida, pues hay rocas metamórficas con biotita situadas por encima de otras con solo clorita o moscovita. Si durante el metamorfismo hubiesen estado apiladas tal como están ahora, no se explica que una mica (biotita), que precisa para formarse más presión y temperatura que las otras, se sitúe sobre ellas en la columna estratigráfica.

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Fue también Dürr quien detectó esta anomalía en el valle del Genal, y la solución consiste en imaginar una gran falla inversa que ha montado rocas más profundas sobre otras más someras.
De este modo, una unidad geológica que se consideraba hasta entonces homogénea, el Bético de Málaga, fue repartida entre un bloque superior o manto Maláguide, y otro inferior o manto Alpujárride (por su semejanza con terrenos de las Alpujarras).
En el esquema estructural de Durand-Delga (ver Geología de Benadalid -III) se aprecia la superposición del Maláguide sobre el Alpujárride. Aquí está, esta vez destacada en rojo la importante discontinuidad geológica que el venerable Orueta no pudo sospechar:

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