Villancicos

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¡A Belén, pastores!

Varios días antes de Navidad, al anochecer, los críos de la escuela nos echábamos a las calles del pueblo para entonar nuestro repertorio de villancicos. Íbamos llamando de puerta en puerta, y antes de nada preguntábamos “¿Se pué cantar?”, dando muestras de cortesía pero también de sentido del ahorro en el trabajo.

Los instrumentos eran panderetas, zambombas, sonajas, y alguna almirez y botella de anís. Como los de las zambombas necesitaban mojarse la mano de vez en cuando, uno o dos del coro eran encargados de llevar una lata o jarrillo con agua, y de reponerla en la fuente cuando se gastaba. Al final de la ronda tenían las manos entumidas por el frío, así que ese papel de aguador no lo quería nadie y se reservaba a los novatos, que eran los más chicos.

Luego de cantar (con permiso), el tesorero recogía en su pandereta el aguinaldo: muchas perrillas y pocas pesetas, en conjunto. El año que fui aguador (hacia 1959), al final de la campaña y una vez convertido el dinero en especie, nos tocó a cada músico ¡un polvorón! Vaya premio por tanto trabajo y, además, mis futuros sabañones casi me impedían abrirlo.

El repertorio incluía, por supuesto, La Marimorena, Pero mira cómo beben, Campana sobre campana, Ya vienen los Reyes Magos, Camina la Virgen pura, El Chiquirritín, Rin Rin, Fun fun fun.., pero también villancicos menos difundidos, como Un pastor comiendo gachas (este nos salía bordado y lo repetíamos), Ay Manolín, Pastorcillo qué hora es, Pampanitos verdes, y otros. Anoto aquí varias letras que recuerdo:

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Un pastor comiendo gachas estaba
cuando un ángel, que del cielo venía,
anunció que iba a nacer esta noche
en Belén en un establo el Mesías.

Ya van los pastores
para ir a adorar,
y con las borricas
fueron hacia allá.

Arre, borriquilla,
vamos a Belén,
no me tires coces
que yo voy también.

A Belén tengo que ir, aunque luego
me regañe lo que quiera mi amo.
Pues igual que todo el mundo yo quiero
adorar al niño dios soberano.

Arre, borriquilla,
vamos a Belén,
que mañana es fiesta
y al otro también.
Tralalarala, tralaralalá…

Pastorcillo qué hora es,
parece que ya es de día.
En el cielo son las tres,
ya han dado el Ave María.

Un pastor le dice a otro pastor:

-Vamos a Belén…

-Yo no puedo ir,
se me ha puesto la borrica mala,
hermano del alma, no puedo seguir.

-Si la burra se te ha puesto mal,
vamos a Belén, que allí sanará.
Los pastores te están esperando,
pandero y zambomba, es la Navidad.

Los pastores no son hombres
que son ángeles del cielo.
Y en el parto de María
ellos fueron los primeros.

Un pastor le dice a otro pastor …

Yo soy un pobre gitano
que vengo de Egipto aquí,
y al Niño Jesús le traigo
un gallo kikirikí.

Ay Manolín, qué boní-, qué bonito,
ay niño mí-, qué bonito que estás.
Ay yo me muero de amor al mirarte,
ay niño mí-, yo te quiero adorar.

Yo soy un pobre gallego
que vengo de la Galicia,
y al Niño Jesús le traigo
holanda para camisa.

Ay Manolín…


Pastores a Belén
vamos con alegría,
a ver al niño Dios
y el hijo de María.

Y allí, allí,
nos espera Jesús,
allí allí,
nos llama con su luz.

Corramos pues
para ofrecer
turrones de miel
al niño Manuel,
Manuel, Manuel!

En medio del altar
está el Nacimiento,
entremos con fervor
en este santo templo,
y allí allí…

Los pastores a Belén
corren presurosos,
y de zagales un tren
con zapatos rotos.

Ay ay ay qué alegres van,
yo no sé si volverán,
con la pan-pan-pan,
con la de-de-de,
con la pan, con la de,
con la pandereta
y gaita gallega.

Pampanitos verdes,
hojas de limón,
la Virgen María
madre del Señor.

Ya vienen los reyes
por el Castañar
y le traen al Niño
un higo pardal.

Pampanitos verdes…

Ya vienen los reyes
por camino ‘el Piche,
y le traen al Niño
un higo paliche.

Pampanitos verdes…

Ya vienen los reyes
por las Moraleas
y le traen al Niño
un canasto ‘ brevas.

Pampanitos verdes…

G. Sierra (5-XII-2022)

Más villancicos

Puri Sierra (ver comentarios aquí abajo) ha evocado más villancicos que cantábamos. De los de la misa del Gallo recuerdo otro, muy poco conocido, que nos enseñó el cura Miguel Cantarero (Peregrina belleza).

Parramplín parramplín parramplía,
parramplín parramplín parramplán,
parramplín con José y María
hay un niño en el portal.

Aunque soy pobre le llevo
un riquísimo vellón
para que le haga su madre
un pellico de pastor.

(variante:)

Caminando camina ligero,
no te canses no de caminar,
que te esperan José y María
con el niño en el portal.

Yo soy Vicentico
que vengo a cantar,
y al niño que llora
hacerle callar,
y al niño que llora
hacerle callar.

Mi sol sol sol sol,
mi sol sol sol do,
no llores bien mío,
no llores, no no.

El frío y la escarcha
le hacen tiritar,
su madre querida
lo quiere arrullar,
su madre querida
lo quiere arrullar.

Mi sol sol sol sol…

Peregrina belleza
¿dónde caminas?
Peregrina belleza
¿dónde caminas?,
haciendo tanto frío,
siendo tan niña,
haciendo tanto frío,
siendo tan niña.

María,
la que fue concebida
sin mancha,
la más pura y
más santa,
María.

De hermosura tan rara
¿quién no se admira?
De hermosura tan rara
¿quién no se admira?,
la Virgen con su crío,
siendo tan niña,
la Virgen con su crío,
siendo tan niña.

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(27-XII-2023)

5 Respuestas

  1. Francisco Sánchez dice:

    Que buen trabajo amigo.
    Aquí voy de copiloto en el coche. cantando y recordando.

  2. Paqui dice:

    Hacer la página, ya tiene mucho mérito. Recopilar tantos datos, redactarlos y darlos a conocer con ese orden, mucho trabajo detrás y con mucho interés.
    Lo de los Villancicos genial, pero es que todo es interesante y bonito, así que encantada con todo ello. Y opino que es algo muy bueno para todo el pueblo y gentes de fuera interesadas.

  3. G. Sierra dice:

    Sois muy generosos. Francisco, ¡grábate!

  4. Puri dice:

    Bien por la recopilación de villancicos !

    Añado dos de los que cantábamos por las calles y las casas:
    «Parramplín, parramplín, parramplía…»
    «Yo soy Vicentico que vengo a cantar…»
    Y dos de los que cantábamos en la misa del Gallo:
    » Venid acá pastorcitos, paso a paso…»
    » Adiós dulce niño, adiós tierno infante..»

    En cuanto a los instrumentos, las zambombas y las sonajas eran de fabricación casera.
    La zambomba se fabricaba con un pellejo de conejo, un porrón de barro y un carrizo.
    Para las sonajas hacían falta unas chapas de lata, puntillas para clavarlas y un listón de madera
    ¡Felices recuerdos!

  5. Francisco dice:

    A ver si hacemos por vernos unos pocos y los grabamos juntos tomando una copita de anís del Tajo.

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