Los límites del término – VII
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Comentarios [del editor]
Hemos visto los sucesivos deslindes del término, empezando por el norte y siguiéndolos en sentido horario. Pero el orden en que se efectuaron fue este otro:
29 -30 de enero: Cortes
11 – 15 de mayo: Benalauría
13 de mayo: Jubrique
23 – 26 de mayo: Atajate
10 – 12 de junio: Alpandeire
2 – 3 de julio: Jimera
El deslinde con Jubrique se produjo en pleno fragor con el de Benalauría, y por eso la comisión benaliza, supongo que ofendida, no acudió al acto. Solo se trataba de dirimir si el mojón en el río Genal, compartido entre los tres términos, estaba cerca del Cancho Azul o de la Cancha Azul, que no eran lo mismo, y ya estaba claro el trece de mayo de parte de quién estaban los topógrafos. El punto de vista de Benadalid, quejoso, sería parecido a este (me lo invento):
En enero, mostramos nuestra discrepancia con el mojón compartido con Cortes y Benalauría, pero no nos hicieron caso. Y todos, incluidos los topógrafos, firmamos entonces que no hay documento alguno que sustente el amojonamiento practicado. Pero luego, ya en mayo, nuestros vecinos sureños se sacan de la manga un documento, recientemente firmado por ambos… según ellos. Qué cosa más rara: en el deslinde con Cortes, que duró dos jornadas, estuvo presente y fue firmante el secretario de Benalauría, pero no aportó al acta el fabuloso documento. ¿Era tan poco memorioso el secretario, que en enero de 1876 (aunque sí en mayo) no recordaba cierto papel datado de 1871, tan importante al efecto? Y si lo recordaba, ¿por qué no lo trajo? En dos días le daba tiempo, pero no lo hizo.
La otra posibilidad es que los de Benadalid, con no menos malicia, tratasen de ignorar un acuerdo firmado por ellos hacía solo un lustro. Ahí lo dejo.
«Sirvió de antecedente para esta operacion el acta de deslinde entre ambos términos, de fecha veinticuatro de Abril de mil ochocientos setenta y uno, de la cual obra un ejemplar en el archivo de Benalauría», admiten los topógrafos.
La información que facilita en línea el IGN no incluye esa acta de deslinde de 1871. Ignoro si fue promovida por alguna instancia oficial superior, o bien fue acordada, motu proprio y a santo de qué, por ambos ayuntamientos. Solo puedo analizar los documentos que veo, y me parece algo freudiano un lapsus calami de los topógrafos que, habiendo desdeñado el penúltimo mojón propuesto por Benadalid (Cancho Azul) a favor del de Benalauría (Cancha Azul), que no eran lo mismo, situaran la firma del amojonamiento en el Cancho y no en la Cancha… Estarían muy liados.
Los topógrafos no se molestaron en reconocer, ni mucho menos ubicar en el mapa, los mojones propuestos por la comisión de Benadalid, solo incorporaron al acta una lista de estos. La repito:
Rio Guadiaro frente á las alcobas del molino de las Alcobainas = Cortijo de siete puertas = Pilas de Calabrina = Eras de faja retama = fuente de la encina = Peñón del Aguila = Fuentezuela = Cruz del campo = Fuente de las calenturas = Piedra horadada = Cerro de la fuente de la rata = Loma de la mayordoma = Llano de algarrobo = Cancho azul á Rio Genal; debiendo advertir que el “Cancho azul” con que termina esta descripcion no es la misma “Cancha azul” expresada en la descripcion del último mojon de la presente acta.
He tratado de localizarlos con la ayuda de la minuciosa toponimia del mapa 1:20 000 del CEDER (2013), he aquí el resultado.
El molino de las Alcobainas no aparece en ningún plano, pero es de suponer que quedaría al sur de la actual Estación de Cortes, enfrente del cortijo de Siete Puertas. Las pilas de Calabrina son las conocidas Siete Pilas. De las eras de Faja Retama (curioso nombre) no queda rastro en los mapas, pero sí de la fuente de la Encina y del peñón (o nido) del Águila. El pilar de la Fuentezuela aún subsiste, cerca del puerto que da vista al Genal, donde es razonable ubicar una Cruz del Campo. A partir de aquí la fuente de las Calenturas, la Horadada (Horahá, Horá), la Rata, la Mayordoma…, marcan el límite propuesto por Benadalid. Quedan por situar el llano del Algarrobo y el cancho Azul.
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Es curioso que la comisión de Benadalid no reconociera ni uno solo de los mojones propuestos por Benalauría, a pesar de que algunos (20, 21 y 22) tienen la apariencia de ser antiguos; lo digo por las piedras que tenían carbón debajo. Era una técnica habitual poner cada mojón sobre los restos de una hoguera, para así, en un futuro, poder distinguirlo de otras piedras, al removerlo.
Esta controversia sobre el límite entre ambos pueblos era de esperar, teniendo en cuenta que fueron vasallos del mismo amo durante varios siglos, durante los cuales compartieron las feraces dehesas del Guadiaro. Qué tiempo tan feliz, cuando Isidoro y Domingo eran hijos rurales del noble de turno, y se llevaban como hermanos en el proindiviso.
Me causa más asombro la diferencia entre el límite reconocido por el IGN (rojo) y el propuesto en el mapa del CEDER (violeta), según el cual el Tajo de los Aviones, es decir, el Peñón de Benadalid ¡pertenece a Benalauría y no al municipio epónimo! Tras la pérdida de las Alcobainas y de Siete Pilas, solo faltaba esto. Ni siquiera tenemos ya la fuente de las Calenturas para aliviar el sofoco que nos causa este último saqueo…
Es broma, claro. Y no es el último saqueo del territorio, pues al mismo tiempo Atajate nos ha ganado varias hectáreas en el confín noreste del término. Estamos sitiados!!!
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Es broma, por supuesto. El mapa del CEDER ha dado como válidos los límites trazados en el plano del Catastro (una Dirección General del Ministerio de Hacienda), que vaya usted a saber quiénes los han pintado y, desde luego no, los han verificado. Este pequeño fallo no quita mérito al mapa del CEDER, por lo demás excelente, con su abundancia de precisos topónimos.
El Editor: G. Sierra
